«Este 1º de Mayo, celebramos por sexto año consecutivo con motivo del día del trabajador esta concentración alternativa a la que realizan los sindicatos mayoritarios por el centro de la ciudad.
Es posible que este lugar no sea el más transitado, pero es una plaza cargada de simbolismo y significado, puesto que nos reunimos junto a esta estatua, monumento al obrero, que además cumple 20 años en este lugar, y porque nos encontramos en el corazón de un barrio de trabajadores que es por quienes salimos hoy a la calle a hacer nuestras reivindicaciones.
En esta ocasión tenemos un 1 de Mayo atípico, marcado por la cercanía de las elecciones que aunque obviamente ha restado protagonismo a esta fecha, nos ayuda a analizar con más facilidad las propuestas o medidas sociales y laborales de los partidos que calentarán su sillón durante los próximos cuatro años.
Tras los resultados electorales, muchos se lamentan por la victoria del PSOE y la derrota de la derecha.
Lo cierto es que tanto con la victoria de la izquierda o de la derecha iba a perder España.
Pierde España y pierden los españoles.
Con la izquierda peligra la unidad de España y su identidad nacional por sus políticas de la multiculturalidad y el fomento de la inmigración masiva con el pretexto de una falsa solidaridad.
Con la victoria de la derecha, peligra el estado de bienestar, nuestros derechos y conquistas sociales y laborales, y también nuestra identidad nacional pues tampoco dudarán en fomentar la inmigración masiva como forma de obtener mano de obra barata.
Estas elecciones generales han supuesto la entrada al Parlamento de un nuevo partido, VOX, que se califica como patriotas y que como nosotros no se avergüenzan de ondear la bandera de España.
Seamos claros. Ser patriota es defender a la nación española, pero también es defender a quienes la habitan y velar por sus derechos, y por supuesto defender la soberanía de España.
Ser patriota no es querer precarizar el empleo y empeorar las condiciones laborales incluyendo en el programa político medidas como la supresión de los convenios colectivos, que los jóvenes menores de 24 años puedan ser contratados por un salario inferior al mínimo o proponer un abaratamiento del despido.
No parece tampoco muy patriota querer liquidar el sistema público de pensiones o privatizar la educación y la sanidad.
Ondear la bandera de España y después pretender privatizar del todo sectores estratégicos como la electricidad, el gas, RENFE o AENA, parece más un acto antiespañol que atenta contra nuestra soberanía que una muestra de patriotismo.
Por eso, hoy nosotros estamos aquí en defensa de todos los derechos pisoteados y en riesgo de ser destruidos en una fecha que en Salamanca hasta hace seis años era exclusiva de los sindicatos y organizaciones de izquierdas.
Todo movimiento de carácter patriótico debe tener un fuerte componente social.
Para defender España hay que tener en mente a esos 8 millones de españoles que viven en el umbral de la pobreza, hay que recordar a todos esos jóvenes obligados a emigrar, a esas familias que no llegan a final de mes o a los casi 4 millones de parados.
El lema convocando esta movilización, ha sido “Un futuro para España”.
Un futuro para España, y por supuesto para los españoles, que resume la base de nuestras reivindicaciones.
Somos conscientes de que España vive un momento crítico a nivel político, económico, moral y social y por ello alzamos la voz en defensa de un futuro alejado de la decadencia en la que ahora nos encontramos sumidos.
Hoy estamos aquí para reclamar un futuro para España y por ello hacemos las siguientes reivindicaciones:
-Reclamamos medidas que persigan caminar hacia el pleno empleo, instaurando un plan de reindustrialización que facilite la apertura de nuevas industrias y además tomar medidas para hacer frente a la deslocalización de esas empresas que trasladan la producción a países donde producen con mano de obra semiesclava los productos que posteriormente comercializarán aquí.
-El Estado debe recuperar totalmente la propiedad de las eléctricas, agua y otras compañías de suministros básicos. No se puede permitir que empresas privadas hagan negocio e incluso manipulen los precios a su antojo con suministros básicos para el día a día de los españoles.
-Exigimos la defensa del sistema público de pensiones, un logro social que se debe mantener y defender. Reclamamos unas pensiones dignas y acordes con el coste de la vida.
Las pensiones públicas, lejos de lo que nos dicen, son perfectamente sostenibles si los cuatro millones de desempleados tuvieran la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo.
-La Sanidad y Educación públicas son algo de lo que sentirnos orgullosos. La salud no puede convertirse en un negocio, por eso nos oponemos a los recortes y a la privatización que sufre la Seguridad Social. No queremos que en España suceda lo que en países como Estados Unidos, donde el nivel de atención médica dependa de la clase económica de cada uno.
También creemos que es esencial que la gestión de la sanidad y la educación debe ser retomada por el Estado, para evitar sobrecostes y duplicidad de administraciones.
-Queremos un futuro para España, y por eso exigimos políticas encaminadas a terminar con el empobrecimiento de los trabajadores.
Desde la reforma laboral de 1984 llevada a cabo por Felipe González, las condiciones laborales han ido empeorando progresivamente con las posteriores reformas laborales, así como la temporalidad de los contratos y con ello la inestabilidad laboral.
Si queremos acabar con la sangría demográfica que padece España debido a la baja natalidad, a lo que se suma la fuga de cada vez más jóvenes universitarios al extranjero, hay que luchar decididamente contra la precariedad laboral.
Esto implica instaurar contratos laborales que ofrezcan estabilidad, sueldos y condiciones laborales dignas que permitan llevar a cabo de forma digna un proyecto de vida en nuestro país.
-En la línea de lo anterior, es necesario fomentar y facilitar la natalidad mediante políticas específicas para ello, estableciendo ventajas fiscales a las familias que tengan hijos y facilitando el acceso a una vivienda social.
La solución al problema de la natalidad no es desde luego llamar a la inmigración masiva para sustituir directamente a los españoles, si no hacer un esfuerzo en pro de garantizar la estabilidad laboral y una subida salarial.
-Queremos realizar una defensa del pequeño y mediano comercio frente a la presión fiscal a y la liberalización de días y horarios de apertura, que hace imposible que compitan frente a las grandes cadenas. Esto también está permitiendo que en determinados sectores, y especialmente los comercios chinos, estén importando su cultura de trabajo y acorralando una vez más al comercio tradicional.
-La vivienda debe ser un derecho y no un privilegio. Por eso se debe combatir la especulación llevada a cabo especialmente por los llamados “Fondos buitre”, que en los últimos años se están dedicando a adquirir viviendas sociales a bajo precio, por supuesto con la complicidad de los políticos, para posteriormente cambiar las condiciones a los inquilinos o desahuciarlos haciendo negocio con ellas.
-Reclamamos un futuro para esa España vaciada abandonada por los sucesivos gobiernos y por la que ahora los políticos se pelean por sus votos.
Desde luego dotar de un futuro a la España rural no es llenarla de inmigrantes como remedio contra la despoblación. La España rural lo que necesita es que se defienda la agricultura y la ganadería poniendo freno a la entrada masiva de productos del tercer mundo que obliga a los agricultores y ganaderos españoles a vender por debajo del coste de producción.
Por un Estado que defienda la producción nacional frente a la competencia desleal que impone el libre mercado.
Y por supuesto necesitan que se les dote de los medios que les permita comunicarse de forma fácil con los núcleos más grandes de población, ya sea medios de transporte o incluso internet.
-No podemos dejar de reclamar la prioridad nacional, porque creemos que ante un puesto de trabajo o en el acceso a las ayudas sociales los españoles debemos ser los primeros. Somos nosotros, los que mediante el esfuerzo y trabajo de anteriores generaciones hemos contribuido al sostenimiento de este país, y mientras miles de familias españolas se encuentran en situación de desempleo y en muchos casos sin percibir ningún tipo de ingreso, vemos como los españoles no son los principales receptores de las ayudas sociales destinadas a paliar estas situaciones.»