«Acabamos de empezar un nuevo año. Atrás quedan ya los malos recuerdos del año 2013. Con él se acabó la pesadilla de Eurovegas, que no habría traído más que pobreza, desesperación y adicciones para los obreros mientras las cúpulas poderosas se habrían enriquecido.
Pero no todo es motivo de alegría. Este nuevo año seguiremos arrastrando problemas de primera clase: el paro seguirá siendo un asunto acuciante. La pobreza seguirá sacudiendo a muchos Españoles. Los delitos continuarán creciendo. No, esto no lo soluciona ni el año nuevo ni los mensajes de Mariano, Juan Carlos I o cualquier presidente de Comunidad Autónoma. Porque la crisis no se soluciona con palabras, con discursos o con ruedas de prensa (y mucho menos escondido tras una pantalla de televisión, como hizo nuestro “querido presidente”). La crisis se soluciona con hechos, con actos revolucionarios que culminen en la eliminación de un sistema capitalista basado en la explotación, injusticia y desigualdad. Hemos de luchar, en este año y en los años venideros, por la caída de este régimen oligárquico, capitalista y de partidos, procurando una verdadera política social y al servicio de la Nación. Eso no depende sólo de nosotros, pero desde luego está en nuestras manos abrir los ojos a nuestros vecinos, a nuestros hermanos, a los desconocidos… Hemos de despertar sus conciencias si queremos de verdad aportar nuestro granito de arena para la meta que queremos alcanzar.
Siguiendo con la visión pesimista de este año, parece que Artur Mas será de nuevo protagonista. El 9 de noviembre, junto a Oriol y demás compinches pretenden celebrar una consulta independentista en Cataluña. Como bien decía una de las últimas campañas del Centro Social y Nacional, “la unidad de España ni se vota ni se negocia”. Este caso es cuanto menos preocupante: el independentismo está construido sobre la mentira, el odio y la ilegalidad. Su consulta no se ajusta al marco legal vigente, como se encargan de repetir las fuerzas políticas una y otra vez. Creo que a todos nos queda claro, pero lo más importante es que ni histórica ni políticamente tienen razones para su tan ansiada independencia. Hacen coincidir esta consulta con el año en que se celebra el III centenario de la toma de Barcelona en el marco de la Guerra de Sucesión. Bastan unos meros “rudimentos” de historia para ver que, lo que nos quieren vender como la desaparición de la nación catalana, no es lo que se nos dice. Cataluña nunca fue un Estado independiente. Pertenecía a la Corona de Aragón, por ello apoyó al Archiduque Carlos de Austria (que defendía un modelo más feudalista). Tras perder la guerra, los decretos de Nueva Planta se aplicaron a todos los territorios, y desde luego los catalanes no fueron los más perjudicados (que se lo digan a Valencia). Para finalizar, apuntar simplemente que el derecho a decidir por el que tanto claman no es aplicable a su caso por dos razones: fue inventado para colonias y sólo conduce a la independencia cuando no se permite a los territorios votar a sus dirigentes regionales y nacionales.
Esperemos que este año que comienza sea mejor que el ya acabado. Y que, sobre todo, agitemos las conciencias de nuestros vecinos, porque sólo juntos podremos acabar con este sistema.»