Un verano más los incendios forestales arrasan los bosques y montes españoles, destruyendo nuestros paisajes, ecosistema y la forma de vida de mucha gente que allí habita.
En esta ocasion, un incendio en la Sierra de Gata, que amenaza con saltar a Salamanca, tras haber devorado ya más de 9000 hectáreas (lo que vienen siendo 18.000 campos de fútbol), de pinares y zonas de alto valor ecológico de y gran belleza, está colocándose en cabeza como el incendio más grave de lo que va de año.
Como siempre, los políticos tienen gran parte de culpa en estos desastres.
Si bien en Julio entró en vigor una reforma del Código Penal, que endurecía las penas a quien provoque incendios(a pesar de que la mayoría de pirómanos no son descubiertos), pocos días después entraba en vigor una nueva Ley de Montes.
Llamativamente, esta nueva Ley, facilita que los montes quemados puedan ser recalificados «siempre que existan razones de interés público» (algo completamente subjetivo).
Las consecuencias no se han hecho esperar, y los incendios forestales de grandes dimensiones han aumentado este verano de forma abismal.
Tampoco podemos olvidar, las trabas que suponen las autonomías a la hora de atajar los incendios forestales.
La división de España en «microestados» no sirve más que para que cada diferente gobierno regional mire por su comunidad, en vez de aunar esfuerzos y medios para luchar contra un problema que no solo destruye lo poco verde que queda en España, si no que pone en peligro a miles de personas.
Nuestro apoyo a los afectados que han tenido que abandonar sus hogares por la cercanía de las llamas.
Gracias políticos. Gracias por contribuir a la destrucción de nuestra Patria.